Más si tú eres el soplo
Que arrulla
las olas del mar,
Despojando,
presumido,
Las hojas
del árbol recio,
Yo soy la
flora selvática
Y también el huracán.
No soy manso
viento en el océano.
Soy el cielo
iracundo,
Ese tornado
imprevisto
Que
estremece a los navegantes.
Soy la
pujanza de la naturaleza
Que voltea
sus navíos
Como cáscaras de nuez.
Evita
toparte conmigo,
No podrás contra mi ira.
No intentes
quebrar mis brazos
Ni
encadenarme las manos.
Si me
amordazas, si me atas,
Para
arrastrarme contigo
A la negrura
insondable,
Verás la mirada del diablo
En un rostro
angelical.