Hoy he caído a la tierra, se quebraron mis alas, y por más que
lo intentaste, no pudiste aferrarme.
Pero allí estás, confundido, pero estás.
En tu desconcierto deambulas entre laberintos celestiales;
hablas con las estrellas, le preguntas al sol, la luna se ocultó; nadie tiene una respuesta para darte.
El mismo rayo que rompió mis alas provocando la abrupta caída,
es el mismo que te iluminó.
No estás en el cielo, eres cielo, y desde ese nuevo estado has
decidido cuidar de mí.
Eres sol que me abriga en ese medanal en que me he extraviado.
Eres lluvia que sacia mi sed en la selva en la que habito.
Eres el día y la noche.
Eres el trueno que me despierta cuando el peligro me acecha.
Eres la noche que silencia a las bestias para que no invadan mis
sueños.
Eres luz y oscuridad.
Eres luz y oscuridad.
Eres todo lo que preciso para recuperarme y volver a ocupar mi
sitial en el arcoíris que ha de brillar por sobre esta opacidad que me condena
a perdurar en cuclillas mientras aguardo que me restauren las alas.
Con toda inmodestia y ternura, balbuceo tu nombre aunque se quiebra mi voz, solfeo negando a salir ya descalzo del pórtico de tu bahía azul
ResponderEliminarMi querido Theo, tus comentarios están pletóricos de poesía. Muchas gracias. TKM
EliminarBello hermoso lindo precioso maravilloso y todos los adjetivos que indiquen la exelencia de tu relato, solo me queda el amén de un jubiloso vitoreo que solo se escuche en todo el mundo y sus alrededores
ResponderEliminarOh, Chilin, qué sorpresa tu visita, y qué halagadoras tus palabras. Mil gracias, mi querido Tritón.
EliminarQué nunca te falten alas, amiga. Me ha resultado de mucho gusto.
ResponderEliminarBesos
Nunca, Pichy, eso sí que no me podrán cortar, las alas de la imaginación alimentan mi alma, y tu presencia glorifica mi pequeño universo. Besos!!!
EliminarQue lleno de magia y túnunca caerás vencida tu alma te mantendrá en vida y volverás a volar , esta precioso amiga !!! besos mil desde mi brillo del mar
ResponderEliminarEs verdad, Beatriz, podrán quebrarse mis alas, pero aún arrastrándome en el fango, yo no me daré por vencida. Besos muchos, gracias por pasar.
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