Llega
la noche con su manto
Queriendo
cubrir los muros,
Pretendiendo
silenciarlos,
Intentando
cegarlos.
En
la morada prevalece el silencio
Mientras
la llama del hogar, danza
Sin
que nadie la interrumpa.
Duermen…eternamente
recogidos.
No
habrá más alboradas.
La
llama seguirá jugueteando
Su
traviesa y filosa expansión,
Esa
de nunca acabar…
Se
esfuma la noche,
Se
asoman las luces,
Persiste
la calma.
La
llama no es llama
Que
promete calor.
La
llama es silencio
De
sepulcro del alma,
De
un penoso presente,
Un
presente sin color.