Sacudo
mi cuerpo compulsivamente,
Esparciendo
en el suelo todo resentimiento.
Agito la
cabeza de un lado a otro
Sintiendo
la libertad del no odio.
Con la
mente aquietada,
En
cerrado mutismo,
Extrañada
de toda emoción,
Fijo los
ojos en vos.
Te
observo como se observa un cuadro
Descubriendo
tonalidades,
Gruesas
o finas pinceladas.
Te
observo atentamente;
La
miseria te envuelve,
La
miseria del alma,
De
amores secretos,
De
rabias acumuladas,
De no
saberte nada.
Ni
blanco ni negro,
Matices
grises opacan tu mirada,
Algún
destello que tal vez se escapa,
Destellos
de inquina
Y te
tengo lástima.
Me apena
tu vida vacía,
Existencia
improductiva y fútil
Sin
rumbo concreto,
Puertas
obstruidas, precipicio inminente.
Tu mente
maquina, urde, trama, engaña.
No tenés
salida,
Estás
muerta en vida...