...Absolutamente nada nuevo para
contar, sólo que como no puedo mantener la mano quieta, bueno, yo igual escribo,
total, acá están para leerme, aunque si alguno gusta de hacerme terapia gratis,
pues será muy agradecida. Fíjense que me asumo como loca, loca de cansancio,
loca de tantas guardias, loca de tantas operaciones, loca de tanto sentir olor
a dolor y muerte a mí alrededor, loca de saber que nadie puede comprender
cuánto duele pasarse la vida en un lugar donde impera la necesidad, pacientes
carenciados de amor y materiales. Esto último es un poco más digerible pues una
ya se va acostumbrando a caminar por las calles y ver tanta gente durmiendo
bajo la lluvia, sobre la vereda, el cuerpo y el alma aturdidos por el alcohol.
Y sí, yo les doy para que se compren vino, si nadie puede solucionarles nada,
si les queda poco, que vivan como pueden, pues ellos no llegarán a ver el mundo
que nos prometen, ese milenio de amor y paz, yo tampoco, seguramente, pero al
menos sabré que algo bueno hice. No sé si se cotizan en bolsa las caricias que
regalé, los besos que di, las palabras de aliento que brindé, el abrazo de
consuelo a ese joven que llorando en el pasillo de Terapia Intensiva me pidió
que se lo diera pues su mamá se moría y no había nada que hacer. No, esto no
cotiza en bolsa, por suerte, pues si debiera pagar no me alcanzaría el dinero
para comprar las caricias, los besos, las palabras, el abrazo, pero es gratis y
cuánto vale para el enfermo o quienes esperan que les salvemos la vida. No me
alcanza porque esta profesión es poco redituable, se da la vida por una paga
miserable y cuando digo se da la vida, es literal. Acá, en el hospital, no son
tantos los que llegan a jubilarse. Mueren de cáncer, infarto, quedan postrados
por un ACV (accidente cerebro vascular) pero ¿Qué remedio? Hay que seguir, pese
al agotamiento, pese a las hostilidades, pese a que uno desearía desaparecer
del mundo, a veces llamar a la muerte para que se acabe el martirio, tanto
padecimiento… porque una también sufre pero tiene que tragárselo. Con los
pacientes porque a ellos no les importan tus problemas, bastante tienen con los
propios y con los colegas y superiores, también hay que tragárselo porque no
sólo no te ayudarán, no te harán la vida más fácil sino que al descubrir tu
vulnerabilidad, intentarán destruirte, necesitan volcar en uno tanto
resentimiento que tienen acumulado por años de vida insatisfecha. Y aquí estoy
yo, haciendo que nada pasa pero sí, pasa, claro que pasa. Hoy, les confieso,
quisiera estar muerta, otro día en que estaré encerrada por 24 horas en este
lugar y ya no puedo más. Le pido a DIOS que me de fuerzas, tomo un clonazepán,
me sumerjo en la virtualidad y hago como que el mundo real no existe. Pero,
maldita sea, existe y es malo, es dañino, mi salud va deteriorándose con cada
guardia pero me implantaron el chip de la responsabilidad y no puedo decir NO y
yo quisiera decir No. Cada vez me resulta más difícil entender a mi prójimo
¿Por qué esa incapacidad de trabajar en armonía? Ayer, mi jefa se quejaba y yo,
pobre estúpida que soy, le dije: No te quejes, tenés trabajo, dale las gracias
a DIOS ¿Saben qué me respondió? Me dijo: “Yo no tengo nada que agradecerle,
DIOS debería darme las gracias a mí” ¡Por favor! ¿Se puede sostener un diálogo
con una persona que piensa así? Imposible, ella, dada su gran dosis de egoísmo,
difícil pueda comprenderte, escucharte o al menos ignorarte. No, ella no te
ignora, ella hace todo lo posible para que tu vida se convierta en un camino de
espinas, un largo y anchuroso camino de espinas que deberás recorrer descalzo
pues el deleite de “ellos” reside en verte sangrar.
Año duro, eso fue el 2012 para mi, año de
mucho estrés, año de pérdidas materiales y afectivas pero año de aprendizaje
pues entendí que nada que ya sea inútil en tu vida, debe permanecer, no, debe
dejarte libre para que alguien nuevo llegue, debe vaciarse ese lugar del alma
donde con tanto recelo guardabas momentos vividos pues vendrán mejores y no
tendrías donde almacenarlos, pero aquello que extraviaste no se perdió, no, fue
en busca de alguien que también lo necesita. Bien, necesito respirar un aire
diferente, necesito despejar la mente, necesito ser feliz o al menos, un poco
de paz ¿Alguien tiene la receta? Estoy cansada, muy cansada, no sé si pueda
seguir…
Sí, lo sé, estoy siendo incoherente,
yo les advertí, necesito terapia...