Decido tomar las riendas de mi vida
Sometiendo la voluntad a mí antojo,
Pero la voluntad es traicionera e independiente,
Autosuficiente y escurridiza.
Le digo que es así como debe ser,
Como yo lo dispongo, lo que yo propongo
Es ley impoluta, la voluntad es mi esclava,
Debe someterse a mis deseos.
¡Ah, la muy caprichosa!
Me quita las riendas,
Me azota la mente,
Destroza la cordura,
Me obliga a postrarme ante ella.
Involuntaria y desesperadamente
Mi alma vuelve a encarnar.
El cordón de plata se corta,
No tengo escapatoria,
El miedo me paraliza,
Me devora la vida.
¿En qué momento perdí el albedrío?
IMAGEN TOMADA DE INTERNET
Autora: Myriam Jara- Eterna poeta disconforme